Congreso de la F.U.A.


Sobre esas cosas que no por repetidas dejan de dar asco

 Los trapitos sucios de la “política” universitaria

El congreso de la FUA realizado en San Luís del 18 al 20 de Julio, dejó pocas sorpresas pero unas cuantas reflexiones sobre prácticas políticas que no debemos naturalizar aquellos que aspiramos a construir un movimiento estudiantil diferente que aporte a la construcción de una nueva universidad y un nuevo proyecto de país.

Convocado con menos tiempo del estatutariamente establecido y en plano receso universitario, evitando así deliberadamente la participación de los estudiantes, nos encontramos con un congreso totalmente vacío de contenido y de discusión política, sin comisiones de debate, acorde a lo que es hoy la FUA: una cáscara vacía que nada tiene que ver con las inquietudes y necesidades de los estudiantes que debería representar. En este sentido no sorprenden, pero tampoco dejan de indignar, las prácticas mafiosas y patoteriles de la Franja Morada y la JUP (Juventud Universitaria Peronista). Los “aprietes”, los “matones”, los fierros sobre la mesa y la lisa y llana compra de delegados son las formas mas frecuentes de “resolver” los congresos de la federación en la cual se reproducen y reflejan los peores vicios de la política argentina. Estos, que suelen presentarse como datos de color o mero folklore, son la clara expresión del nivel de deterioro de la FUA que tiene su correlato y su condición de posibilidad en la ausencia de un movimiento estudiantil fuerte y organizado.

 
Crónica de un resultado anunciado…

El congreso fue convocado por la sencilla razón de que la Franja Morada había resuelto su interna (esta claro que sino no había congreso), y que se predisponía a capitalizar el llamado “conflicto del campo”, como parte de un intento de reubicar al radicalismo como un actor relevante de la política nacional. En este sentido, el voto de Julio Cobos un par de días antes del congreso, parece haberles venido como anillo al dedo en su objetivo de relanzar al radicalismo, jugando un rol en la articulación de una oposición de derecha.

Lo único que podía introducir un mínimo de imprevisibilidad en el resultado era la potencial resolución de la interna peronista. Los sectores que se disputaban la hegemonía del dividido peronismo universitario amagaron hasta último momento con cerrar filas para intentar desplazar a la franja. Sin embargo entre golpes, apretadas y actas de votaciones truchas, se fue diluyendo esta posibilidad y los sectores que responden a Daniel Scioli y Eduardo Duhalde terminaron consolidándose como segunda fuerza del congreso desde la estructura de la JUP, relegando al sector que representa al justicialismo Kirchnerista a un tercer lugar, expresado en la lista encabezada por la JP Evita. Así quedó configurado un reordenamiento de los resultados del congreso preocupante desde cualquier perspectiva de cambio real.

Cuando mirarse el ombligo impide mirar más allá

Nada de lo que relatamos hasta el momento nos sorprende, así como, lamentablemente, tampoco nos sorprenderá la incapacidad que tuvimos los sectores que nos proponemos torcer esta historia de articular una propuesta que dispute, aunque sea, la secretaría general (segunda fuerza) de la federación.

Cada cual parece haber jugado su propio juego en lugar de buscar una articulación amplia que lograra presentar una alternativa visible. El espacio de agrupaciones independientes priorizó, como suele hacer, la conformación de su propio fuerza, y pese a que muchas de sus agrupaciones apostaban a una articulación mas amplia, el sectarismo de otras y la falta de perspectiva política del espacio como tal los terminó llevando a una posición de aislamiento que los ubicó en el último lugar del congreso, sin ninguna posibilidad de disputa. Esto a su vez obstruyó la posibilidad del armado de un espacio más amplio, que contuviera a quienes, desde diferentes miradas sobre el gobierno nacional, compartimos una perspectiva de crítica al mismo e intentamos plantear una agenda alternativa a la que intentan imponer los grandes monopolios mediáticos, las corporaciones del campo y la derecha política. Una fuerza que pudiera articularse a partir de reivindicaciones propias de la universidad y del movimiento estudiantil, tales como la lucha contra la política de ahogo presupuestario, las reivindicaciones salariales de los docentes, la derogación de la LES (Ley de Educación Superior) y su sustitución por una ley radicalmente opuesta, y la democratización de la universidad; pero que también pudiera acordar en una serie de temas que hoy se debaten en el país y de los cuales la universidad no puede quedar al margen, tal como la defensa de la capacidad del estado para intervenir en la economía, pero acompañado de un reclamo firme y contundente de que dicha intervención debe ser en pos de un plan de urgente redistribución de la riqueza; la necesidad de ampliar esta intervención a todos los sectores de la economía (financiero, minero, petrolero, pesquero, etc.); la discusión de un plan de recuperación de los recursos del Estado (estatización de los servicios públicos); de una nueva estructura impositiva (derogación del IVA); entre otros reclamos que van conformando una agenda propia de los sectores populares.

Párrafo aparte merecen las organizaciones de la conducción de la FUBA, quienes pareciera que el único objetivo que se trazaron de cara al congreso fue el de dirimir sus diferencias a partir de las caracterizaciones de la etapa que los distanciaron en los últimos meses. Así se articularon de un lado un “frente agrario”, con la CEPA el MST e Izquierda Socialista, y por otro lado un “frente abstencionista” (PO-PTS) que se limitó a denunciar lo repugnante de estos congresos, de la franja morada y la JUP (chocolate por la noticia).  

 
Una reflexión, una mirada, una propuesta

Desde el Movimiento Universitario de Izquierda nos hacemos cargo de nuestra parte y nos reconocemos como parte del problema, así como de intentar su solución. No podemos esperar dos años para empezar la necesaria articulación de quienes pensamos que la conformación de un movimiento estudiantil masivo, crítico, organizado y comprometido con la transformación de la realidad es una tarea prioritaria para construir una universidad transformada y transformadora. A esta tarea nos abocamos en la militancia cotidiana, en cada universidad, en cada facultad, en cada carrera y en cada curso. Y a esta tarea nos seguiremos abocando, pase lo que pase en los congresos de la FUA.

MUI - Movimiento Universitario de Izquierda
Regional UBA